"El postre tiene que ser espectacular, porque llega cuando el gourmet ya no tiene hambre" (Alexandre Balthazar Laurent Grimod de La Reynière).
En la publicación de hoy vamos a elaborar un postre, un dulce muy sencillo de ejecutar a la par que un disfrute para los más golosos.
Para redondear este postre vamos a acompañarlo de un coulis de grosellas. Las grosellas, aunque su mejor época son los meses de julio a septiembre, podemos encontrarlas ya en supermercados y tiendas especializadas.
Estos frutos silvestres se utilizan mucho en repostería y aunque poseen un sabor bastante ácido, debido a la gran cantidad de vitamina C que contienen, quedan muy bien en las preparaciones dulces.
Vamos con la receta.
En la publicación de hoy vamos a elaborar un postre, un dulce muy sencillo de ejecutar a la par que un disfrute para los más golosos.
Para redondear este postre vamos a acompañarlo de un coulis de grosellas. Las grosellas, aunque su mejor época son los meses de julio a septiembre, podemos encontrarlas ya en supermercados y tiendas especializadas.
Estos frutos silvestres se utilizan mucho en repostería y aunque poseen un sabor bastante ácido, debido a la gran cantidad de vitamina C que contienen, quedan muy bien en las preparaciones dulces.
Vamos con la receta.
Ingredientes para 4 personas
12 galletas napolitanas de canela
1 taza de café
Azúcar glass
Grosellas para decorar
Para la crema pastelera
3 yemas de huevo
50 gr de azúcar
20 gr de harina de maíz o maicena
300 ml de leche
1 vaina de vainilla
Para el coulis de grosellas
250 gr de grosellas
Zumo de 1/2 limón
40 gr de azúcar
60 gr de agua
1 taza de café
Azúcar glass
Grosellas para decorar
Para la crema pastelera
3 yemas de huevo
50 gr de azúcar
20 gr de harina de maíz o maicena
300 ml de leche
1 vaina de vainilla
Para el coulis de grosellas
250 gr de grosellas
Zumo de 1/2 limón
40 gr de azúcar
60 gr de agua
Elaboración
Lo primero que vamos a preparar es el coulis de grosellas porque debe estar frío a la hora de emplatar. Para ello, elaboramos un almíbar introduciendo en un cazo el agua y el azúcar. Llevamos a ebullición durante un par de minutos hasta que el azúcar se haya diluido bien.
Agregamos el zumo de limón y las grosellas al almíbar y cocinamos unos minutos más hasta que las grosellas estén blandas y hayan soltado su jugo. Pasamos al vaso de la batidora, trituramos fino y colamos para eliminar las pepitas que no nos interesan en esta formulación. Reservamos en frío.
A continuación nos ponemos con la crema pastelera. Como en esta receta sólo nos interesan las yemas, las separamos de las claras y las reservamos en un bol. Por supuesto no vamos a tirar las claras, seguro que las aprovechamos para hacer un merengue o un rico soufflé. Pero eso será en otro momento.
Calentamos la leche en un cazo con la vaina de vainilla para aromatizar y mientras, mezclamos con unas varillas las yemas y el azúcar hasta conseguir una mezcla cremosa. Diluimos la harina de maíz o la maicena en un poco de leche fría e incorporamos a la leche caliente. Removemos enérgicamente para que no se formen grumos y, fuera del fuego, añadimos la mezcla de las yemas y el azúcar. Seguimos batiendo a fuego suave y cuando la crema tenga la densidad deseada retiramos del fuego. Dejamos enfriar y listo.
Preparamos una taza de café y enfriamos para que no se deshagan las galletas al mojarlas.
Para emplatar, mojamos una galleta napolitana de canela en el café y colocamos como base. Con una manga pastelera distribuimos un poco de crema pastelera por encima y ponemos otra galleta más. Repetimos la operación una vez más.
Tamizamos un poco de azúcar glass sobre la galleta superior, introducimos el coulis de grosellas en un biberón de cocina y decoramos al gusto nuestro plato. Terminamos coronando nuestra preparación con un ramillete de grosellas frescas.
Y ahora a compartir, porque la cocina nos une.
Lo primero que vamos a preparar es el coulis de grosellas porque debe estar frío a la hora de emplatar. Para ello, elaboramos un almíbar introduciendo en un cazo el agua y el azúcar. Llevamos a ebullición durante un par de minutos hasta que el azúcar se haya diluido bien.
Agregamos el zumo de limón y las grosellas al almíbar y cocinamos unos minutos más hasta que las grosellas estén blandas y hayan soltado su jugo. Pasamos al vaso de la batidora, trituramos fino y colamos para eliminar las pepitas que no nos interesan en esta formulación. Reservamos en frío.
A continuación nos ponemos con la crema pastelera. Como en esta receta sólo nos interesan las yemas, las separamos de las claras y las reservamos en un bol. Por supuesto no vamos a tirar las claras, seguro que las aprovechamos para hacer un merengue o un rico soufflé. Pero eso será en otro momento.
Calentamos la leche en un cazo con la vaina de vainilla para aromatizar y mientras, mezclamos con unas varillas las yemas y el azúcar hasta conseguir una mezcla cremosa. Diluimos la harina de maíz o la maicena en un poco de leche fría e incorporamos a la leche caliente. Removemos enérgicamente para que no se formen grumos y, fuera del fuego, añadimos la mezcla de las yemas y el azúcar. Seguimos batiendo a fuego suave y cuando la crema tenga la densidad deseada retiramos del fuego. Dejamos enfriar y listo.
Preparamos una taza de café y enfriamos para que no se deshagan las galletas al mojarlas.
Para emplatar, mojamos una galleta napolitana de canela en el café y colocamos como base. Con una manga pastelera distribuimos un poco de crema pastelera por encima y ponemos otra galleta más. Repetimos la operación una vez más.
Tamizamos un poco de azúcar glass sobre la galleta superior, introducimos el coulis de grosellas en un biberón de cocina y decoramos al gusto nuestro plato. Terminamos coronando nuestra preparación con un ramillete de grosellas frescas.
Y ahora a compartir, porque la cocina nos une.
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